jueves, 22 de mayo de 2008

Intihuatana en Machupicchu video


El intihuatana se encuentra en una de las explanadas del Templo de las Tres Ventanas en Machu Picchu, es uno de los mayores misterios de la cultura incáica. Diariamente centenares de turistas sienten la energía que emana de este monumento de piedra semejante a un obelisco en miniatura que parece concentrar toda la fuerza telúrica de la ciudadela de Machu Picchu.

Se cuenta que el Intihuatana lo utilizaban para amarrar al Sol ya que era su padre y su Dios y no querían que se fuera; o, quizás, sólo pretendían alargar el día y estirar las horas de luz, para trabajar más horas en el campo abriendo surcos en los valles fértiles o cultivando los frutos de la mamapacha (madre Tierra).
Así lo cuentan los hombres andinos desde Abancay (la tierra del Dios que habla) hasta las cumbres del Huascarán (el nevado más alto del Perú) al narrar esta vieja leyenda surgida en tiempos prehispánicos, cuando el mundo andino era dominada por el Inca.


Se le atribuía el crecimiento de los cultivos y era el padre de Manco Capac y Mama Ocllo, los fundadores del imperio, por esa razón se levantaron numerosos templos y santuarios para adorarlo.
Aún hoy, la leyenda del Intihuatana se recuerda en tierras cordilleranas. La narran decenas, cientos, quizás miles de hombres de todas las razas y naciones indígenas, quienes describen extraños monolitos que servían de "estacas" para el astro.
Se cree que una de estas "estacas", está localizada en la explanada del Templo de las Tres Ventanas de Machu Picchu, la colosal ciudadela inca protegida por el Inti o Sol, el dios todopoderoso que hasta 1911 - año en el que llegó el norteamericano Hiram Bingham - se dio maña para evitar las pisadas intrusas de los hombres de occidente.
Intihuatana es el nombre de este peculiar obelisco. ¿Es sólo una coincidencia?, ¿una inocente homonimia? o ¿se trata de uno de los lugares en donde los incas pretendían amarrar al sol, tal como lo cuentan los hombres del ande, al narrar la vieja leyenda?
Más allá de las especulaciones, lo cierto es que el monolito atrae la admiración de los turistas que recorren el complejo arqueológico más visitado del Perú. Ellos posan sus manos o recuestan su frente en la irregular escultura, sintiendo una extraña energía, una inexplicable fuerza que emerge de cada una de sus cuatro aristas.

Dónde irradia lo inexplicable

El Intihuatana está tallado en una mole de granito. Tiene forma de prisma y sus cuatro vértices señalan los puntos cardinales. El obelisco ocupa un área total de 8 metros con 60 centímetros y está localizado en una pequeña explanada, al costado del templo de las Tres Ventanas, un observatorio Inca de la ciudadela de Machupicchu.
Un cúmulo de interrogantes rodean a la extraña escultura. Su origen y su finalidad todavía están cubiertos por el misterioso velo de la historia, aunque algunos investigadores sostienen que fue un adoratorio donde se "amarraba al Sol", para que nunca dejara de brillar, pues, si su luz se extinguía, se acabaría la vida en las alturas. Sería el final de sus hijos.
También hay quienes dicen que el Intihuatana era un reloj solar. El tiempo y las estaciones del año se calculaban de acuerdo a las sombras proyectadas por el sol, al posar sus rayos sobre la escultura de granito.
Otros ven en él una señal de los seres del espacio, una huella de los extraterrestres que, de vez en cuando, se dignan visitar la tierra. En fin, incógnitas que le añaden un halo de misterio.
No hay respuestas inapelables. La única certeza es que en el Intihuatana la energía fluye libremente, envolviendo a todos los visitantes, quienes, por simple curiosidad o en búsqueda de renovación espiritual, ascienden los 78 escalones de piedra labrada que conducen a la "estaca", donde los Hijos del Sol pretendían amarrar a su padre y a su Dios. Así, nunca dejaría de brillar en su fastuoso imperio.

Video Intihuatana en Machupicchu:

Corpus Christi en la Tierra de Los Incas


Cuando los españoles llegaron al Cusco, se sorprendieron al enterarse que los hijos del Sol sacaban en procesión a las momias de los Incas; entonces, blandiendo los evangelios, decidieron terminar para siempre con la fiesta pagana. La solución de los misioneros que acompañaban a los conquistadores fue muy simple: reemplazar los venerados restos por imágenes de la virgen y los santos católicos. Así nació el Corpus Christi en la antigua capital del Tawantinsuyo, una celebración católica que se impregnó de matices andinos.

La chicha corre a raudales y lo va a seguir haciendo, agregándolo un tufillo de emotividad a las palabras en quechua y en español. La música que despiden los pututos -trompetas andinas hechas de caracoles marinos- estallan en profundos sonidos, que se mezclan con el tañido enérgico de la María Angola, la campana más grande de América.

Ir y venir en la Plaza de Armas del Cusco. La fe palpita en los corazones de los fieles congregados alrededor de la Catedral o se disfraza de lágrima en los ojos de los devotos que esperan la salida de las veneradas imágenes de la ciudad, en el día central del Corpus Christi, la fiesta de la sagrada eucaristía que se celebra en junio, a los 60 días del domingo de resurrección.

Y llega el momento esperado. Las vírgenes y santos de las parroquias cusqueñas (son 15 en total), salen de la Catedral ataviados con finas prendas y hermosas joyas.
Desde sus deslumbrantes andas de plata, observan a su pueblo, a sus devotos que rezan, se persignan o encienden una vela; algunos son ricos, otros pobres, pero eso no interesa ahora, todos son hermanos en la fe.

Los santos y vírgenes católicos recorren la Plaza de Armas, como antes lo hicieron las momias de los incas, en hermosas andas hechas de metales preciosos, durante una ceremonia realizada en honor al Tayta Inti o padre sol.

Con la llegada de los españoles, los misioneros trataron de erradicar esta costumbre, a la que calificaron como un rito pagano; entonces, decidieron reemplazar las momias por las imágenes sagradas y al inca por el Dios cristiano, representado en la hostia. Así se instauraba el Corpus Christi, una fiesta que desde 1247 se celebra en Europa.

Pero la estrategia de los ministros de la iglesia no fue del todo efectiva. Los hijos del sol no estaban dispuestos a olvidar sus costumbres, así que infiltraron sus danzas, sus bebidas y comidas en el ritual católico y le atribuyeron a los santos las mismas cualidades que a las momias, razones que hacen del Corpus Christi una celebración mitad occidental y mitad andina.

Silencio: Santos conversando

El día central de la fiesta siempre cae jueves, pero la conmemoración se inicia el miércoles, cuando las imágenes salen de los barrios y comunidades cercanas al Cusco, para dirigirse al templo de Santa Clara, donde se concentran en las horas previas a la "entrada" a la Catedral.
Antes, durante y después de la azarosa travesía, los abnegados mayordomos se encargan de acicalar y vestir primorosamente a sus engreídos, siendo la Virgen de Belén la más elegante y atractiva; pero también llaman la atención el patrón Santiago y su alba cabalgadura y San Jerónimo, con su sempiterno traje púrpura.

Los santos y las vírgenes pernoctan en la Catedral. Al día siguiente salen en procesión junto a la sagrada Eucaristía, entonces el pueblo del Cusco recibe la bendición del obispo.
Tras el pomposo desfile las andas retornan al templo mayor de la ciudad, donde permanecerán ocho días. En las mañanas y en la tardes, son visitados por cientos de personas, mientras que en la noche sólo gozan de la compañía de sus mayordomos.

Así se inicia la famosa octava del Corpus, un auténtico congreso de personajes sagrados. El diálogo se inicia cuando se duermen los mayordomos y en estas trasnochadas reuniones, la palabra de la "mamacha" Belén tiene mucho valor porque es la patrona del Cusco y la madre del Señor de los Temblores, el anfitrión de la magna cita.
Y mientras los patrones y virgencitas conversan de lo lindo, sus seguidores recuerdan que para vivir en paz no sólo basta con alimentar el espíritu, sino también el cuerpo, por lo que no desprecian los platos de chiri uchu -grandes trozos de cuy, gallina, cerdo, maíz tostado y queso- ni los embriagantes vasitos de chicha de jora... ah, tampoco está de más bailarse un huaynito.

El Corpus Christi es un ejemplo de sincretismo entre el viejo y el nuevo mundo, donde la celebración de la Sagrada Eucaristía, se mezcla con el agradecimiento a la pachamama, al Tayta Inti y a otras divinidades andinas, que han sabido sobrevivir en el corazón de los descendiente de la cultura inca.

Aqui unos videos:




Coyllur Riti Video de la Celebración del Señor de quyllur rit'i - Qoyllor ritty en quechua


Coyllur Riti (en quechua quyllur rit'i = "nieve de estrellas"), una de las fiestas religiosas más multitudinarias del Perú. El culto al "Señor de las Nieves" se realiza cada año durante los primeros días de junio y siempre con luna llena. La festividad se lleva a cabo en el valle de Sinacara, frente al Apu Ausangate. Los coloridos danzantes provenientes de Paucartambo y los peregrinos que se internan en el glaciar para rezar, hacen de esta celebración un ritual único y espectacular.

Coyllur Riti, nombre con el que se conoce a este lugar, una festividad de la institución de la eucaristía que celebra la iglesia católica, el martes quincuagésimo octavo día después del domingo de pascua de resurrección. Un preludio a las festividades del Cusco. Se constituyen a esta peregrinación mas de 70 000 personas o peregrinos de todas las latitudes para venerar la Santa imagen del Señor de Coyllur Rit'i, que se encuentra enquistada en una gran roca.

Esta festividad tiene su origen en el año de 1780, desde entonces la devoción se va acrecentando cada vez más, el Santuario del Señor de Qoyllur Riti está ubicado en el paraje de Sinakara al pie del nevado del Qolquepunco en plena Cordillera Oriental de los Andes junto al nevado del Ausangate en la comunidad de Mahuayani distrito de Ocongate provincia de Quispicanchi - Cusco.

Cada año, unos días antes de la celebración del Corpus Christi, cada pueblo pequeño o clan envía una delegación de coloridos bailarines y "pabluchas" a la Capilla del Señor de Qoyllor ritty.

Fiesta del Coyllur Riti
peregrinos que van por el camino de ausangate que van al señor de coyllorityEn los Andes del Sur del Perú, entre los nevados del Ausangate y el Sinakara, se ubica el Santuario de Coyllur Rit'i, conocido por la población de la zona como Taytacha Quyllur rit'i (Señor de la nieve resplandeciente). Para la gente andina, los cerros y las montañas tienen atributos de "sagrados". Se trata de deidades llamadas Apus (Señores) poseedores de kamaq (fuerza vital), dueños del ganado, cuyo poder se extiende sobre un extenso ámbito geográfico. El Apu Ausangate, el más poderoso de la zona, es el lugar de origen de las alpacas y llamas, controla la fecundidad de los animales y su autoridad se irradia en toda esta región.

Historia de Coyllur Riti

El origen del santuario se explica a través de una leyenda. Según la versión más conocida, un niño mestizo de cabellos rubios y tez clara, ayudó a un pastor de alpacas a cuidar su ganado para mejorar su producción. El hecho llegó a oídos del padre del niño pastor. Al comprobar lo sucedido y en agradecimiento por la multiplicación de su rebaño, decidió comprarle un traje nuevo; dado que la tela del traje era especial (ornamental) se despertó el interés del obispo del Cusco, quien también se interesó por conocer al niño mestizo y ordenó al párroco de Ocongate investigar la situación. El niño, al ser descubierto por el párroco, desapareció y el pastor murió de pena. En el lugar donde fue enterrado, apareció la imagen de un Cristo crucificado reflejada en una roca. Allí se construyó el templo del Señor de Coyllur Rit'i.

Cada año, días antes de la fiesta católica del Corpus Christi, se dirigen a este lugar miles de campesinos indígenas, trepando hasta el límite de la nieve, a unos 4,700 metros, donde se desarrolla una fiesta en homenaje al Señor de Coyllur Ri'ti. Los peregrinos ascienden la montaña desde el día sábado, víspera del domingo de la Santa Trinidad. Los fieles recurren al Señor Coyllur Rit'i por salud, para propiciar la fecundidad de sus animales o para garantizar la cosecha agrícola del año. Acuden en grupos llamados "naciones", provenientes de decenas de comunidades indígenas de la región, acompañados de bailarines para ofrecer sus danzas a la divinidad. Las danzas más conocidas son: chuncho, qolla, cachampa, etc. Cada conjunto viene escoltado por los pabluchas, bailarines infaltables en dichas fiestas; son personajes que representan alpacas de color negro, seres intermediarios entre los hombres y el Señor Coyllur Rit'i. Por eso deben escalar a las cuatro de la mañana al glaciar de Sinakara, invocando para lograr el incremento de los rebaños. Al retornar, cargan un bloque de nieve en las espaldas para purificar las impurezas de los hombres. También están encargados de conservar el orden y la disciplina en el santuario. Los pabluchas, mitad hombre mitad alpaca, son muy respetados.

Gente caminando en el nevado de ausangateUn requisito importante para recibir la iniciación de curandero, es haber bailado de pablucha durante tres años consecutivos para el Señor de Coyllur Rit'i. Durante la fiesta, los peregrinos se acercan a la urna de la Virgen de Fátima, y en su entorno juegan a los negocios, en la feria de las alasitas escenifican su vida cotidiana en la actividad comercial y pidiendo a la Virgen que estos deseos, expresados en el juego, se cumplan en el futuro. Los Q'eros, etnia quechua que habita en Paucartambo, tienen la costumbre de festejar al Señor de Coyllur Rit'i el día martes, cuando las demás "naciones" retornan de su peregrinación. Ingresan al templo, para reverenciar al Cristo, bailando y pidiendo para que aumenten sus rebaños.

Video de la celebración del Señor de Coyllyr Riti (quyllur rit'i - Qoyllor ritty):



Video del retorno del Señor de Coyllyr Riti (quyllur rit'i - Qoyllor ritty):